Las capas que van en contacto con la piel, una de algodón y la otra de bambú, son naturalmente antibacteriales, esto evita la propagación de olores fuertes provocados por el desarrollo de bacterias. El olor que se genera con los productos desechables se debe a que no permiten una correcta transpiración, la humedad se acumula y se crean microorganismos que aceleran la descomposición de la sangre, emanando un olor molesto. Recuerda que la sangre no huele a rosas, pero si sientes cualquier olor particularmente fuerte o extraño debes chequear lo antes posible con un profesional de la salud, eso puede ser síntoma de una infección.